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Menor importancia del documental

Con la masiva llegada de la producción argumental extranjera en la década de 1910 (a través de Fox, Paramount, Pathé y Universal entre otras), las carteleras cinematográficas se repletaron de películas de ficción, dejando en un plano bastante relegado a las actualidades o noticiarios. El problema que ofrecían las actualidades en relación a las obras argumentales, era que, en un mercado tan competitivo y dinámico, por su característica esencial de querer ser "actuales", las vistas tomadas de la realidad perdían rápidamente su interés, su actualidad. Hay que señalar que generalmente las obras eran vendidas, no arrendadas, a los exhibidores, los que explotaban el material prácticamente hasta la saciedad. Una vez exhibida, la actualidad naturalmente perdía frescura. Sin embargo, cuando nuevas series de noticiarios llegaban a los cines, era todo un acontecimiento. A continuación reproducimos la crónica de un programa de 1925, en el que se pueden advertir las temáticas presentes en la época:

"Con asistencia de SE (Emiliano Figueroa) y don Luis Barros Borgoño se estrena hoy una gran actualidad de la Andes Films: El último viaje al sur del señor Barros Borgoño; Inauguración del canal del Laja; El balneario El Morro de Tomé; La Fábrica Nacional de Paños de Tomé; El "Almirante Latorre" en el dique grande; La transmisión del mando. Los teatros de la empresa Valenzuela Basterrica presentan hoy al público santiaguino un verdadero festival del cine chileno estrenando en sus cuatro teatros la última actualidad que acaba de terminar la Andes Films" (Los Tiempos, 25 diciembre 1925).

Comprendiendo la rápida obsolescencia de la actualidades, muchos cronistas postulaban la reconversión de los documentales hacia cuestiones más pedagógicas, e incluso la formación de archivos cinematográficos nacionales que conservaran la memoria fílmica del país.