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Ocupación territorial

"El fruto mejor de las victorias es el mejor uso de ellas, y el que sacó Valdivia de la que alcanzó en Andalién fue fundar de la ciudad de la Concepción en el valle ya dicho de Pemuco, para que estuviesen a su abrigo las minas que en su inmediación debían comenzar a trabajarse para enfrenar con las armas de su presidio a los indios comarcanos, y acostumbrarlos a sufrir el mando español para servirse de aquel puerto comunicando con el Perú, y trayendo por mar con menor costa y mayor brevedad las resultas, y para aumentar la población del reino y otros fines de mucho provecho. Se puso la primera mano en la fundación el día 5 de octubre de 1550, se le dio por titular la Inmaculada Concepción de María Santísima. Delineóse la plaza, y en ella se levantó el sagrado árbol de la Cruz, trofeo de nuestra libertad; se señaló lugar para la iglesia dándole por patrón al apóstol San Pedro, y fue su primer cura vicario Gonzalo Lopez. De aquí se pasó a dar sitio al ayuntamiento, y se nombraron [las autoridades] (...)

Aumentáronse en la ciudad con formal vecindad de solares y campos (...) Para el santuario de nuestra Señora de Guadalupe, y el rosario que se edificó en una moderada eminencia, enfrente de la ciudad, entre el este y el sur, se dieron tierras competentes para plantío de huerta y villa: el lugar ha tenido muchos años el nombre de Hermita, lo han asistido desde poco después de su fundación unas devotas señoras cuidando del culto del templo y adorno de la milagrosa imagen hasta el año de 1735 (...) El gobernador reservó para sí un espacioso sitio en la traza de la ciudad, y en sus cercanías algunas leguas de tierras para siembras y crianza de ganados con los indios que las habitaban, cuyo deslinde es por el sur el Biobio, por el norte el Andalién, por el oriente el camino que va de uno a otro, y por el occidente el mar; terreno fértil de pastos y granos y sus playas muy abundantes de peces y ostras."

Olivares, Miguel de. "Historia militar, civil y sagrada del reino de Chile", En Colección de Historiadores de Chile, tomo IV, Santiago: Imprenta El Ferrocarril, 1864, 1ª edición 1760, pp. 122-123.