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Crónica de Nüremberg

Entre la invención de la imprenta de tipos móviles (hacia 1430) y principos del siglo XVI, se publicaron en Europa unos 30.000 títulos, con un tiraje que variaba entre los 100 y los 1.000 ejemplares. Los libros editados en este período se conocen como incunables, y combinaban el procedimiento de impresión tipográfica con la xilografía, lo que permitía la incorporación de imágenes a partir de grabados en madera junto con los textos.

La Crónica del mundo, más conocida como Crónica de Nüremberg, fue impresa por el famoso editor Anton Koberger por encargo del humanista Hartmannn Schedel y relata la historia del mundo conocido hasta entonces desde la creación del mundo hasta 1493, un total de 6.691 años de acuerdo al autor. Como un detalle importante, atribuye el descubrimiento de América a Matías Benhaim. Los grabados que acompañan a la Crónica son más de 1.800, y fueron realizados por Michael Wohlgemuth -en cuyo taller estudió Durero- y Wilhem Pleydenwurff. Los grabados muestran las edades del mundo a través de escenas del Antiguo Testamento, la mitología grecorromana y la historia medieval europea, y son los que le confieren su principal atractivo al libro. Éste tuvo dos ediciones sucesivas, una primera en latín y otra en alemán, ambas fechadas en 1493.

Presentamos a continuación la primera edición en latín.