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Asistencia social

Desde sus inicios, la Cruz Roja prestó su ayuda en la satisfacción de diversas necesidades de los grupos más pobres y vulnerables o en aquellos lugares alejados de los servicios ofrecidos en los centros urbanos. Debido a las constantes ayudas de la Cruz Roja al campo social, el Comité Central creó en 1929 la Sección de Obras Sociales, encargada de la dirección y organización de esta área. En 1957 esta sección cambió de nombre a Dirección de Salud y Asuntos Sociales, y se le dio un nuevo impulso a través de nuevas disposiciones generales y un reglamento.

En 1931, con motivo de la enorme cesantía producida por la crisis de 1929, el Gobierno dispuso la creación de diversos albergues provisorios para personas cesantes, tanto en provincias como en la capital. La atención de estos albergues, especialmente en relación a la higiene y el aspecto sanitario, estuvo bajo la coordinación de la Cruz Roja a través de sus voluntarios.

Desde 1942 y con el auspicio del Gobierno, la Cruz Roja colaboró en la organización de un Comité Nacional de Navidad destinado a proporcionar ayuda durante estas fiestas a las personas más necesitadas, especialmente a niños. Su principal ayuda radicó en las encuestas a domicilio efectuadas en todo el país con el fin de detectar a las familias que más necesitaban de este aporte. Además colaboró en una campaña educadora implementada por las autoridades del país, en campañas contra el alcoholismo y en la organización de cursos populares a cargo de enfermeras voluntarias para llevar a las poblaciones más menesterosas las enseñanzas de higiene, cuidados del hogar y otras materias de salud pública.

Aunque las actividades de asistencia social organizadas por la Cruz Roja fueron el blanco de la crítica de varios personajes del periodo, lo cierto es que estas se lograron mantener en el tiempo con un positivo impacto sobre el grueso de la población.