En diciembre de 1923 se organizó la primera campaña solidaria orientada a reunir enseres y voluntarios para enviar al Sur con el fin de efectuar una campaña de higiene. Esta campaña estuvo a cargo del distinguido médico Pedro Lautaro Ferrer, activo miembro de la Cruz Roja y colaborador permanente en la Revista de Salud Pública. Desde entonces, estas actividades tomaron fuerza y continuidad a nivel nacional, trabajando coordinadamente con las instituciones de salud y educación estatales.

En 1929 la Cruz Roja participó activamente en las campañas contra el cáncer y donó una suma considerable para la instalación del Instituto del Cáncer en 1929. Asimismo, se realizaron diversas cruzadas contra enfermedades contagiosas como la tuberculosis, tifus y viruela. Para esto se realizaron campañas preventivas de vacunación masiva en colaboración con el Servicio Nacional de Salud, y campañas de educación sanitaria que eran implementadas por las mismas enfermeras, especialmente en periodos de huelgas hospitalarias. En 1937 la Cruz Roja prestó asistencia a la Dirección General de Sanidad de Chile en la "Semana Sanitaria" que esta entidad gubernamental implementó.

Por otro lado, colaboró activamente (desde 1954) a la Fundación de Viviendas y Asistencia Social en la atención médica de algunas poblaciones y en el dictamen de charlas sobre cuidados en el hogar, higiene, salud preventiva, etcétera, a través de cartillas de higiene que eran repartidas al público. Destacaron también las acciones llevadas a cabo en las campañas de higiene bucal de niños y adultos que emprendieron las autoridades públicas de salud, colaborando para este fin con sus médicos y enfermeras.