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Catástrofes naturales

La Cruz Roja se transformó rápidamente en uno de los organismos más eficientes en casos de desastres o calamidades públicas, a través de la ayuda desinteresada a los gobiernos y particulares en la satisfacción de las necesidades básicas de la población como alojamiento, alimentación, vestimenta y asistencia médica. Por otra parte, fue una institución que desarrolló y divulgó diversos conocimientos sistematizados en la materia con el fin de proveer una asistencia oportuna, eficaz y de carácter nacional.

La primera gran actuación que la Cruz Roja tuvo en estos episodios fue en noviembre de 1922 cuando un terremoto azotó las provincias de Atacama y Coquimbo. Las acciones de socorro se implementaron a través de la recolección y envío de elementos de curación, ropas y víveres; la construcción de dos refugios provisorios para los afectados, uno en cada zona; y el envío de médicos y enfermeras para atender a los heridos.

Fruto de esta experiencia el Comité Central se abocó a la creación y mantención de un stock de emergencia destinado a las acciones de socorro que surgieran frente a eventos inesperados de la naturaleza. De esta manera, para 1930 se constituyó un Almacén de Emergencia que era abastecido permanentemente.

En 1936 se registró un incendio que destruyó parcialmente la ciudad de Castro. La Cruz Roja colaboró enviando dinero y ropa. Una nueva tragedia tuvo lugar en 1939 cuando un sismo de grandes proporciones azotó a 5 provincias del país con epicentro en la ciudad de Chillán. La Cruz Roja socorrió el lugar a través de la entrega del stock de emergencia al Gobierno, el envío de dinero, ropa y víveres, la organización de cuatro Hospitales de Emergencia en las zonas afectadas y la concurrencia de médicos, enfermeras y camilleros especializados en la atención de enfermos y heridos. Las experiencias aprendidas en esta ocasión fueron expuestas en la Comisión Coordinadora de Auxilios de la Cruz Roja, que se reunió en Lima en 1941.

Nuevas emergencias se registraron en 1943 en las ciudades de Coquimbo y Calbuco; en 1953 hubo un incendio en Valparaíso y graves inundaciones en el Sur; en 1958 un sismo en la zona de San José de Maipo y en 1960 un gran terremoto que tuvo su epicentro en Valdivia, y que dejó gran parte de esta ciudad destruida a causa de un tsunami.

También fueron numerosas las colaboraciones que prestó la Cruz Roja Chilena y sus voluntarios en distintos países, especialmente latinoamericanos.