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Vicky Larraín

Una de las más destacadas bailarinas independientes en Chile ha sido Vicky Larraín. Desde la década de 1960 ha realizado numerosas, y a veces controvertidas, presentaciones que han marcado la vanguardia en el arte coreográfico.

Vicky Larraín estudió historia del arte y coreografía en la Scolla Cantorum de París. Posteriormente viajó a Nueva York para completar su formación con Alvin Nikolai, y luego se radicó en Suiza, donde fue contratada por la compañía de Lindsay Kemp, y con quienes montó 2 obras: Sueño de una noche de verano y Lorca. Regresó a Chile en 1982 y junto a los actores Rodrigo Vidal y Miguel Stuardo, y las bailarinas Verónica Soto y Montserrat Badtke, formó el Grupo Calle, dedicándose a la danza teatro. Vicky Larraín comenzó ya entonces a impartir talleres de improvisación, teniendo entre sus alumnos a bailarines como Luis Eduardo Araneda, hoy reconocido coreógrafo, y a Francisca Álvarez y Rosita Opazo. Con estos nuevos integrantes, y un trabajo ya caracterizado por los movimientos abstractos, el Grupo Calle pasó a llamarse Compañía Teatro del Cuerpo. En 1986 se presentó en la población La Legua, estrenando In Memoriam, obra dedicada a los profesionales degollados por el régimen militar, José Manuel Parada, Santiago Nattino y Manuel Guerrero. Al año siguiente Larraín fue invitada al Festival Internacional de Teatro de La Habana, siendo contratada por Danza Contemporánea de Cuba para impartir talleres de Composición e Improvisación. Al volver a Chile, los estrenos de la compañía continuaron: La casa de Bernarda Alba, América 500 años, Cuerpos en el barro y Jaula 1 ave 2, entre otros. La búsqueda formal de Larraín la llevó, en el último tiempo, a explorar la escritura, y la relación entre cuerpo, movimiento y tecnología, siendo actualmente considerada la primera coreógrafa digital del país.