Poco se conoce en Chile la vida y obra del compositor valdiviano Acario Cotapos (1889-1969), uno de los miembros estables del grupo Los Diez. Nacido en las postrimerías del siglo XIX, Cotapos propició desde joven el contacto y la sociabilidad con músicos, artistas plásticos, poetas y literatos de su tiempo. Prácticamente autodidacta en su formación de compositor y dueño de una intuición artística incomparable, Cotapos acudió sistemáticamente a las tertulias y reuniones musicales llevadas a cabo en la casa de José Miguel Besoaín, de Luis Arrieta Cañas y de los hermanos García Guerrero.

En estas reuniones, consideradas uno de los primeros espacios públicos para la música de cámara nacional, Cotapos pudo conocer la música de los compositores rusos, austrogermanos y franceses, que recién llegaban a nuestro país. En estos años trabó amistad con los compositores chilenos Alfonso Leng y Alberto García Guerrero, quienes influyeron poderosamente en su proyecto musical, del primero, obtuvo consejos técnicos para acrecentar sus rudimentos composicionales y, del segundo, recibió un importante empuje para aproximarse al conocimiento de la música de vanguardia de la época. Fue en esta época en la que el errante compositor decidió integrarse al cenáculo de poetas, escritores, músicos, pintores y arquitectos del grupo Los Diez, influyendo decididamente en el desarrollo de la cultura nacional de la segunda década del siglo XX. Cotapos contribuyó con sus obras, de gran trascendentalismo expresivo, a las publicaciones de la confraternidad formada, imprimiéndose por primera vez una obra suya, "Fragmento de un Poema Sinfónico", para piano, en la revista Los Diez, en 1916.

Posterior a este período, Cotapos, considerado el fundador de la vanguardia musical chilena, residió en Nueva York (1916-1925), Paris (1925-34) y Madrid (1934-38), viajando constantemente a su país natal, donde recibió el Premio Nacional de Arte, mención Música, en 1960.