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Conocimiento geológico y mineralógico

Ignacio Domeyko Ancuta tuvo sus primeros acercamientos a las Ciencias Naturales en su paso por la Universidad de Vilna en su natal Polonia, previo a su encarcelamiento por participar en sociedades secretas de intelectuales independentistas y liberales, y de ser desterrado por su participación en las revoluciones nacionalistas de 1821 y 1831.

Cuando llegó a Paris, luego de un paso por Alemania donde no encontró asilo, asistió a diversos cursos en la Universidad de Paris "La Sorbona", el Instituto de Francia y el Conservatorio de Artes y Oficios. Luego se integró a la Escuela de Minas de esa misma ciudad y en 1837 recibió su título de ingeniero en minas, siendo recomendado por sus profesores para trabajar en los yacimientos mineros de hierro de la firma Koechlin, ubicados en el territorio de Alsacia, donde obtuvo gran experiencia en reconocimiento, ensaye y explotación de ese mineral y métodos de beneficio de minerales metálicos en general, labores que realizó hasta 1838.

Cuando regresó a Paris, su profesor de geología y mineralogía, Armand Dufrénoy (1792-1857), le presentó al ingeniero y empresario francés radicado en Chile, Carlos Lambert (1793-1876), quien había sido comisionado por el gobierno de Chile para buscar en Europa a científicos y profesores que quisiesen realizar sus labores en el país (Lastarria, Berta. Ignacio Domeyko y su época, 1802-1888. Héroe e ilustre polaco, sabio eminente, hijo adoptivo de Chile. Viña del Mar: Sociedad Imprenta y Litografía Universo, 1937, p. 34-37).

Tras algunas conversaciones, finalmente Domeyko decidió viajar a Chile. La escritora Berta Lastarria (1883-1945) señaló en su texto homenaje al científico polaco que: "El sueldo con que se contrató a Domeyko fue de mil doscientos pesos anuales, con la condición de enseñar seis años. (…) Lambert entregó a Domeyko los tres mil pesos, sacados de los fondos del Colegio de Coquimbo, para que comprara los útiles necesarios para las clases que iba a enseñar, con la facultad que invirtiera el profesor el dinero como lo juzgara más conveniente. Aunque el dinero era poco, Domeyko adquirió todo lo necesario para un laboratorio de química, instrumentos de física, libros y muestras de mineralogía" (Lastarria, p. 38).

Tras un largo viaje entre el Océano Atlántico y las pampas argentinas, finalmente llegó a Chile a fines de febrero de 1838, y desde Valparaíso se dirigió inmediatamente a La Serena, donde lo esperaba su puesto de profesor de Química y Mineralogía. Ese viaje lo describió en un texto escrito en polaco y publicado en su tierra natal titulado Un viaje de cuatro meses de Paris a Coquimbo (1838). Tras instalarse en el Colegio de Coquimbo, Domeyko comenzó a planificar su curso y a dirigir la construcción del laboratorio donde realizaría sus clases y sus ensayes de beneficios de minerales.

Durante su estadía en La Serena, Domeyko aprovechó de viajar en sus tiempos libres y visitar los yacimientos mineros tanto de la provincia de Coquimbo como los de Atacama, lo que dio como resultado un importante proceso de acumulación de conocimiento sobre la mineralogía y formación geológica del territorio nacional y de la cordillera de los Andes. Sus primeros escritos sobre el tema fueron enviados a los Annales des Mines de París desde 1840, donde sus observaciones tuvieron gran recepción y aceptación entre los círculos científicos franceses por artículos como Notices sur un terraine stratifié dans le hautes des Cordillieres et sur les filons metalliferes quilácompagnent y Memories sur les minerais oxysulfures de cuivre du Chili, avec une notice sur les productions minérales de ce pays.

Entre su bibliografía básica y documentación de estudio, Domeyko contaba con textos de Claudio Gay Mouret (1800-1873) y también de intelectuales como "(…) Berthier, Field, Pissis, Peralillo, Rose, Kobel, Moesta, Smith, Forbes, Humboldt y Brackebusch, entre otros tantos estudiosos de las ciencias de la tierra del siglo XIX. Y, entre las obras consultadas, da cuenta por ejemplo, de las siguientes: Anales de la Sociedad Científica Argentina, Historia Física y Política de Chile, Anales de la Universidad de Chile, Annales des Mines (1844), los volúmenes de la Naval Astronomical Expedition (1854), Geografía Física de la República de Chile y Mineralogische Beobachtungen in Gebite der Argentinischen Republic (1873)" (Saldivia, Zenobio. La ciencia en el Chile decimonónico. Santiago: Ediciones Universidad Tecnológica Metropolitana, 2005, p. 44-45).

Sus viajes a localidades como Huasco, Copiapó, Chañarcillo y a la cordillera atacameña, luego comisionados por el propio gobierno, dieron como resultado la publicación de un artículo titulado "Excursión a las cordilleras de Copiapó con una breve exposición de los principios fundamentales de la jeolojía de Chile" (1843), en el que expuso detalladamente sus observaciones, aunque dejó fuera de su análisis el mineral de plata de Chañarcillo, que para él tenía una mayor importancia, y, por tanto, quería publicar sus observaciones en un trabajo posterior. En dicho texto describió la formación del territorio chileno entre las cumbres de la cordillera y la zona costera, los valles intermedios, rocas y capas terrestres, y los principales yacimientos minerales de oro, plata, cobre, plomo, salitre, bórax, entre otros.

En 1844 publicó su texto Tratado de ensayes, texto compuesto por sus métodos de análisis y su experiencia trabajando en el laboratorio del Colegio de La Serena. También Geología y geometría subterránea y unos años después, en 1845, publicó Elementos de Mineralogía, un texto científico dedicado sobre todo a los estudiantes, donde plasmó gran parte de sus conocimientos sobre la minería chilena.

En la introducción de Elementos escribió que "(…) la mineralogía es de todos los ramos de historia natural, el que debe presentar más interés y atractivo en un país como Chile, en donde el reino mineral, ostentando toda su grandeza, derrama sobre sus habitantes, inagotables fuentes de riqueza y de prosperidad. Apasionada por la vista de los majestuosos Andes, la juventud chilena tendrá siempre una predilección marcada por la ciencia que la inicia en el conocimiento de su suelo natal y de la naturaleza de sus innumerables cerros. En las entrañas de este suelo se ocultan los más valiosos productos, en busca de los cuales se afana el incansable minero" (Domeyko, Ignacio. Elementos de Mineralogía. La Serena: Imprenta del Colegio, 1845, p. 5).

En 1857 publicó en la Revista de Ciencias y Letras un estudio acabado de las principales obras sobre Chile que él había consultado, titulado "Noticia de las publicaciones hechas en Francia sobre jeografía, jeolojía e historia de América y especialmente de Chile".

Posteriormente publicó diversas obras relacionadas con la geología y mineralogía y la mayoría cumplía una doble función: primero, como estudios científicos especializados, y segundo, como manual de enseñanza en los programas de las escuelas secundarias y en la Universidad de Chile. Gran parte de estos trabajos los publicó siendo miembro del cuerpo docente de la Universidad y luego como su rector, y entre ellos destacaron varias reediciones del Elementos de Mineralogía, Mineralogía, Ensaye sobre los depósitos metalíferos de Chile y varias obras sobre sus expediciones por el centro y sur del país.

En general, Domeyko se caracterizó en sus textos por "la brevedad, la concisión; puesto que la descripción es muy escueta y directa. Privilegia la ubicación geográfica y las características más relevantes del mineral por sobre los detalles descriptivos. (…) y mantuvo contacto profesional con los miembros de otras comunidades científicas europeas, en especial, con naturalistas franceses. A menudo, enviaba ensayos para publicaciones, o bien, colecciones de minerales y fósiles encontrados en el territorio chileno." (Saldivia, p. 156-157).