El desarrollo de la actividad ovejera en Magallanes se organizó a través del modelo de estancias. Éstas centralizaban la administración en el casco central, en donde se ubicaban los galpones de esquila, los almacenes de lana y las graserías, que producían manteca que se exportaba a la zona central del país. Asimismo, allí se ubicaban las viviendas del administrador, el capataz y los trabajadores, los que debían usualmente dejar a sus familias en Punta Arenas, Porvenir o Puerto Natales. El transporte de la lana se hacía en carretas y luego en camiones, que la llevaban a los puertos para su exportación a Europa. En Tierra del Fuego, la concentración de la tierra en dos grandes compañías llevó a la creación de secciones, subcentros administrativos y productivos que se ramificaban a su vez en puestos, a cargo de un solitario pastor.