Su primera oportunidad para dar cuenta de aquellas preocupaciones fue a través de la labor realizada como inspectora del trabajo femenino, junto a Elvira Santa Cruz Ossa, en la Oficina del Trabajo durante la década de 1920. Notables son sus proposiciones publicadas en un artículo, con respecto a las características del trabajo a domicilio que ejercían cientos de mujeres urbanas de la época. Profundizó en este tema, al momento de hacer su tesis para obtener el grado de abogada, titulada El trabajo a domicilio, enriquecimiento a expensas del otro en el código civil chileno. En este escrito, Elena Caffarena se adentró en la investigación del "sistema de sudor", comprobando que las costureras, pantaloneras, vestoneras, chaqueteras, colchoneras y las aparcadoras de calzado, aunque trabajaran entre 10 y 18 horas diarias, ganaban un salario de hambre.