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Plan de Electrificación Nacional

En marzo de 1943 el consejo de la CORFO aprobó el Plan de Electrificación del País, que debía ejecutarse en tres etapas de seis años cada una. El proyecto contemplaba la construcción de centrales de generación y líneas de distribución primarias destinadas a producir y entregar la energía eléctrica en grandes bloques a empresas distribuidoras, industrias y otros grandes consumidores, como cooperativas de electrificación rural e instalaciones de riego mecánico. Para su aplicación, el plan dividió a Chile en siete regiones conforme a las características de sus recursos hidroeléctricos, los regímenes de sus ríos y sus posibilidades de desarrollo.

En la primera etapa, se formarían sistemas regionales aislados que desarrollarían su potencial de generación para abastecer el consumo local y se instalarían líneas de transmisión de energía eléctrica en alta tensión, sin entrar a distribuir la misma. En la segunda etapa, se debían interconectar los sistemas eléctricos regionales, con el objetivo de transmitir los excedentes de energía eléctrica de una región a otra. La tercera etapa consideraba la interconexión entre la segunda y la quinta región geográfica -de La Serena a Puerto Montt- mediante el despacho de grandes bloques de energía, lo que requeriría de subestaciones con una infraestructura que soportara aquella magnitud y líneas de transmisión y distribución de gran capacidad.

Como programas complementarios, se consideró un plan de regadío mecánico y un plan de electrificación rural. El primero debía promover el regadío en pequeña y mediana escala mediante bombas eléctricas. El segundo estaba orientado a proporcionar apoyo técnico y financiero para la organización de cooperativas que distribuyeran electricidad a los predios, aldeas y pequeñas comunidades rurales que no contaran con este servicio.