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Vida de la nación estaba en peligro

En la década de 1940 y 1950 se realizaron varios diagnósticos tendientes a calcular y evaluar la superficie y los peligros que tenía, la erosión, para la supervivencia de Chile. Manuel Elgueta y Juan Jirkal, agrónomos del Departamento de Genética y Fitotecnia del Ministerio de Agricultura, habían calculado que no menos de 4 millones de hectáreas del territorio nacional habían sido afectadas por la erosión. En la Cordillera de la Costa de la zona central, en las provincias de Valparaíso, Santiago, Colchagua, Curicó, Talca, Maule, Ñuble y Concepción, se encontraban afectadas alrededor de 2.500.000 hectáreas, lo que representaba el 33 por ciento de la superficie de estas provincias. En las provincias de Arauco, Bio-Bío, Malleco y Cautín, la "erosión manifiesta" abarcaba alrededor de 1.500.000 hectáreas, es decir, el 31 por ciento de la superficie de las mismas.

En 1965 un estudio acerca de la erosión de la Cordillera de Costa entre Valparaíso y Cautín realizado por el Instituto de Investigación de los Recursos Naturales, indicaba que la región estudiada comprendía 4.804.648,9 hectáreas, de las cuales la superficie erosionada, desde erosión moderada a muy severa, con o sin zanjas de distintos tipos, alcanzaba a 2.855.298,5 hectáreas, lo que significaba, como promedio, el 59 por ciento del área estudiada. Las provincias más afectadas eran las de Curicó y Talca con un 87,6 y un 89,0 por ciento del área estudiada erosionada.

En las Segundas Jornadas Nacionales de Conservación de la Naturaleza y de sus Recursos Renovables, celebrada en la primera quincena de noviembre de 1968, con la asistencia de 80 delegados, representantes del Ministerio de Agricultura de Chile, del Comité de Recursos Naturales Básicos, del Instituto Panamericano de Geografía e Historia, del Comité Nacional Pro Defensa de la Flora y Fauna y de la Asociación Natural de Argentina, celebradas bajo el patrocinio de la Universidad de Valdivia, se llegó a la conclusión que en los últimos 100 años se habían erosionado en Chile más de 9 millones de hectáreas, lo que correspondía a una disminución del potencial alimentario del país de un tercio por el sólo efecto del proceso erosivo creciente que amenaza lo que queda del resto del territorio aprovechable agrícolamente. Así, de acuerdo a los informes de la época, el avance de los procesos erosivos ponía en peligro la vida de la nación, pues no sólo afectaba al agricultor, sino a todos los habitantes por igual, ya que la capacidad de producir alimentos y vestidos estaba en peligro. Por ello nadie en el país podía ignorar la importancia del problema.