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El auxilio de las visitadoras sociales a la familia obrera

En 1925 se creó la Escuela de Servicio Social de la Junta de Beneficencia de Santiago, que formaría mujeres profesionales encargadas de apoyar la labor de la salud pública. Debido a la creencia de que la enfermedad respondía a un conjunto de factores como medio social, individuo y familia, la labor de la visitadora se presentó como crucial. Como señalaba Eugenio Cienfuegos, "La presencia constante de la visitadora en el hogar constituye un lazo espiritual utilísimo entre el Estado y la familia proletaria. La restringida mentalidad del obrero se sentirá confortada si siente que el Gobierno llega hasta el hogar pobre en forma de un funcionario cariñoso, amable, humanitario, sensible, dispuesto siempre a remediar en lo posible la desgracia de su condición" (Servicio Social, I: (3 y 4):162, septiembre-diciembre, 1927).

Junto con servir de nexo entre las instituciones de bienestar social y la familia, las visitadoras se abocaron a restaurar las virtudes familiares amenazadas. La visitadora social debía fomentar el cuidado de los enfermos, apoyar e incentivar la asistencia médica del parto, ayudar a los adultos a encontrar un trabajo que permitiera la sobrevivencia de la familia, procurar que los niños asistieran a la escuela y enseñar a la dueña de casa nociones prácticas sobre economía y organización del hogar. La visitadora social, a pesar que trabajaba principalmente con las mujeres, a quienes consideraban la "base del hogar", también realizaron un importante esfuerzo por moralizar al obrero e incentivarlo a asumir su rol de proveedor y padre de familia.

El estudio de la familia se realizaba a través de la llamada "encuesta social", donde debían consignarse datos relativos a la situación legal de la familia, el salario del marido y renta mensual en el caso que la mujer trabajara, las características de la vivienda, modo de vida y antecedentes de salud de los integrantes del grupo familiar. Luego se anotaban las resoluciones tomadas por la visitadora ante la situación estudiada y sus resultados.

En las encuestas constaron realidades comunes, como mortalidad infantil antes del primer año de vida, alcoholismo del padre, rupturas matrimoniales, alianzas no constituidas legalmente, hijos no inscritos y desocupación.