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Terremoto del 27 de febrero de 2010, costa sur del Maule

El historiador Rolando Mellafe hablaba del "acontecer infausto" en la historia de Chile, donde los terremotos tenían un rol central. En el año del Bicentenario, específicamente el 27 de febrero de 2010, a las 3:34 de la madrugada, una fuerte actividad sísmica sacudió nuevamente a nuestro país. Con epicentro localizado en la costa sur del Maule, frente a Cobquecura, un terremoto magnitud de 8,8 y posterior maremoto azotó a la zona central y sur de Chile. Su origen estuvo en un desplazamiento de la placa de Nazca bajo la placa Sudamericana y se registra como el segundo más grandeocurrido en Chile en los últimos dos siglos. En total fallecieron 521 personas y hubo 56 desaparecidos. El maremoto también afectó a la isla Robinson Crusoe, en el archipiélago Juan Fernández, a Chanco -donde murieron 41 personas- Curanipe, Pelluhue, Cauquenes y Constitución, la ciudad más importante de la costa sur del Maule, donde más de cien personas murieron y decenas desaparecieron. La región del Maule se vio severamente afectada. En la región del Bio-Bío los problemas fueron numerosos en su capital, Concepción, donde hubo daños en infraestructura -puentes y caminos- así como un grave incendio en la Universidad de Concepción. En Talcahuano, el tsunami produjo severos perjuicios en los astilleros de Asmar y la base naval, y también en edificios comerciales y viviendas. En la costa regional la catástrofe significó la destrucción casi total de Dichato, Tirúa, Lota y Coronel dejando también en mal estado a ciudades del interior del país como Chillán, Curicó y Talca. En la región de O'Higgins, 130 mil personas quedaron sin vivienda, mientras que en Santiago hubo 38 fallecidos, siendo el casco histórico de la ciudad lo más afectado, principalmente el barrio Brasil y el barrio Yungay. El sismo también provocó importantes problemas en la seguridad pública, específicamente por saqueos al comercio. Las escenas de pillaje ocurrieron sobre todo en Concepción, por lo que, al día siguiente del desastre, la presidenta Michelle Bachelet decretó "estado de excepción constitucional de catástrofe", lo que significaba la entrada de los militares para restablecer el orden. También se estableció un toque de queda, es decir, se impidió transitar por las calles después de cierta hora, medida que no se decretaba desde la dictadura militar finalizada en 1990. Pese a ello, se produjo un debate público respecto a la capacidad de reacción del gobierno, pero también de los organismos involucrados directamente en este tipo de emergencias, como la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) y el Servicio Hidrográfico y Oceánico de la Armada de Chile (Shoa).

Numerosos registros fotográficos del mismo día 27 de febrero de 2010 en Iloca, asentamiento costero de la región del Maule, dan cuenta de los desastrosos efectos del terremoto y especialmente del tsunami, que dejó en el suelo a gran parte de la localidad.