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carrera política

Destacados hombres públicos del siglo XIX dejaron semblanzas sobre la personalidad y actuación política de Federico Errázuriz, ilustrando sobre su carácter y acción pública. Domingo Santa María lo retrataba "sin maneras cultas ni modales finos, atrae no obstante por su llaneza. Desaliñado en su porte y en su traje, es también desaliñado en el lenguaje, en sus discursos y sus escritos. No puede decirse que discurre mal, pero actúa mal y habla peor"; José Victorino Lastarria, quien fuera su maestro en su juventud dijo "Errázuriz no tiene obra buena, ni palabra mala"; Justo Arteaga Alemparte a su vez señalaba en 1870 que "jamás ha sabido organizar tolerablemente una arenga. Ni tiene el lenguaje de los negocios ni las formas del arte, ni siquiera las exteriores del buen tono. Su dicción es desgreñada y angulosa... su lenguaje tiene veneno no acero... es el hombre práctico, el político realista".

En defensa de esta críticas visiones Francisco Encina en su Historia de Chile señaló: "intelecto corriente, sensato y realista, sin ningún rasgo superior, no estaba en él las dotes que hacen al gran orador o al intelectual brillante y que, sin ser en rigor indispensable para el estadista, realzan su personalidad, disimulan sus fallas y constituyen instrumentos valiosísimos para el conductor de pueblos".