La comprensión positivista de la historia se enmarcó fundamentalmente en el modelo de la idea de progreso y en el modelo de orden político, que ya estaban previamente establecidos en el pensamiento comteano. Aun cuando el mismo Lastarria determinó específicamente una visión bastante más liberal precisando con mucho más ahínco la necesidad de establecer una suerte de línea de continuidad entre el pasado, el presente y el futuro.

Sin embargo, incluso el mismo Lastarria pareció no asumir enteramente lo dicho, por cuanto se mantenía cierta resistencia a asumir el pasado colonial y al que se culpaba de la mayor parte de los males políticos y sociales existentes.

Por otra parte, la concepción positivista de la historia estuvo demarcada casi en su totalidad por la idea de progreso. Idea que fue particularmente importante para hombres como don José Victorino Lastarria, en Chile, y don Domingo Faustino Sarmiento, en Argentina. Dichos autores mantuvieron la postura de que la historia de los respectivos pueblos debía dejar atrás el pasado y los resabios del colonialismo español. En este sentido, la historia debía determinarse a partir de la superación del pasado y la idea de progreso debía experimentarse como la promesa de un futuro donde la autodeterminación racional del destino de las naciones superara a la infancia cultural significada por la experiencia de haber vivido el régimen colonial. "¡Civilización o Barbarie!", decía Sarmiento. "¡América debía completar la colonia evitando con ello vivir de su sombra!", decía Lastarria.