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Seguidilla

Esta danza se difundió ampliamente en las islas Canarias desde el siglo XVIII. Actualmente se sabe de varias modalidades de seguidillas. En Gran Canaria actualmente es común que el baile se ejecute en forma de cuadro, de dos en dos parejas realizando giros entre sí y acompañando los finales de copla con palmas. En lo que a la música se refiere se toca en tonalidad mayor usando en su interpretación la tónica, subdominante y dominante, al contrario que en Tenerife que se usa nada más que la tónica y dominante.

El investigador Eugenio Pereira Salas dice que "entre 1818 y 1850 tomaron carta de ciudadanía algunas danzas españolas". En Chile su área de expansión fue principalmente Chiloé, donde se bailó hasta 1920 aproximadamente.

Margot Loyola en su libro Bailes de tierra en Chile narra que de cuarenta y dos personas encuestadas por ella entre 1961 y 1962 en Chiloé, logró reconstruir su descripción y corroboró que hasta 1930 se danzaba entre dos parejas ubicadas frente a frente formando las cuatro esquinas de un cuadrado. Posteriormente se bailó por una sola pareja "cuando en la fiesta no había más bailarines que supieran la danza".