La carrera política de Eduardo Frei Montalva está asociada al desarrollo de la Falange y la Democracia Cristiana, como líder de una generación de jóvenes conservadores inspirados en el pensamiento social cristiano y las ideas corporativas. Su participación en el sistema político después del alejamiento de los conservadores, estuvo respaldada por la alianza de la Falange con el Partido Radical, que permitió obtener cargos ministeriales y alguna representación parlamentaria, alrededor del 4% del electorado. La decadencia del radicalismo en los años cincuenta llevó a la formación del partido Demócrata Cristiano que ocupó el liderazgo del centro político, con Eduardo Frei como líder indiscutido. La estrategia se potenció con el apoyo de Estados Unidos, al ver en el movimiento político liderado por Frei Montalva una alternativa al marxismo revolucionario, alcanzando un éxito notable a mediados de la década del sesenta con la obtención de la Presidencia de la República y un apoyo a la Democracia Cristiana del 42% del electorado.