Subir

Cárcel de mujeres

Cárcel de mujeres, libro único y adelantado para su época, inauguró el género testimonial en la literatura nacional. María Carolina Geel lo escribió motivada por Alone, quien la exhortó a liberarse por medio de la creación: "Escriba, cuente, diga simplemente cuanto sepa; porque aunque se trate de usted misma, usted no lo sabe todo" (Prólogo. Cárcel de mujeres. Santiago: Zig-Zag: 1956. 101 p.).

Alone se encargó de redactar el prólogo, fortaleciendo en aquel gesto su compromiso con la escritora. Según Diamela Eltit, esta acción excedió "el mero trabajo de presentación para establecerse, en cierto modo, como protector o defensor no sólo de los materiales que el libro va a contener, sino especialmente avalando a su autora María Carolina Geel para reponerla en el estatuto de escritora, volviendo ambiguo y ficcional su acto criminal" ("Mujer Frontera y Delito", El Mercurio, 9 de julio, 2000, p. E10-11).

En Cárcel de Mujeres, María Carolina Geel presentó sus impresiones íntimas del mundo carcelario, sorprendiendo con un relato que fue completamente trasgresor, pues describió sin tapujos las relaciones amorosas que se desataban entre las mujeres allí presas. La narración transcurre sin que la autora se refiera de manera directa a su crimen: "El libro no pasa por el espacio previsible de la confesión y el arrepentimiento para llegar al perdón por su falta. De hecho, el texto evade de manera sistemática la palabra 'asesinato'. Se trata más bien de instalar el poder de la escritura como arma y estrategia para obtener un determinado salvamento social" (Diamela Eltit. "Mujer Frontera y Delito", El Mercurio, 9 de julio, 2000, p. E10-11).

Cuando fue publicado, el libro causó mucho impacto, pues hasta aquel momento no se conocía la vida al interior de la cárcel de mujeres. Según Gladys E. Mora, este libro no difirió mucho de su narrativa anterior, pues siguieron presentes los elementos que caracterizaron siempre su escritura: ambientes oníricos y sugestivos, la irrealidad de los espacios, la fragmentación de los sucesos, los constantes movimientos de fuga tanto interna como externa de los personajes, el encarcelamiento de sus emociones, sensaciones y pensamientos, los ambientes pesadillescos en que transitan: "el único elemento nuevo respecto de sus primeras novelas es el crimen y la experiencia carcelaria" ("María Carolina Geel", Rubio Patricia (ed). Escritoras Chilenas: novela y cuento, Santiago: Cuarto Propio, 1ª edición, 1999. p. 267).