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Comenzó a escribir

En la casa paterna de José Santos González Vera siempre hubo libros, y sus padres indujeron y estimularon sus primeras lecturas. Luego, Sergio Atria, su compañero y amigo del Liceo Valentín Letelier, lo acercó al mundo de las librerías de viejo, y por sugerencia suya comenzaría a leer a los franceses naturalistas: Alphonse Daudet, Émile Zola, Honoré de Balzac y Anatole France.

Más adelante, a la edad de 20 años, conoció a los autores rusos de la vertiente comunista y anarquista quienes lo marcaron como escritor, pues desde entonces el interés de González en la literatura fue enteramente instrumental: "Mi vida literaria no existiría ―y me adelanto a decir que no sería una pérdida irreparable― de no haberme hecho anarquista en mi adolescencia. Cuando conocí esas ideas y el plan de sociedad de iguales a que el anarquismo aspira, tuve el deseo vehemente de propagarlo. No sabía hablar en público. No me quedó otra posibilidad de escribir para que tan hermosas ideas llegaran a todas partes" (Donoso, Gustavo. "Notas sobre González Vera", Rayentru, (14): 15, marzo, 1999).

Pero fue su amigo José Domingo Gómez Rojas quien le dio el impulso inicial para que escribiera. "De las observaciones que yo hacía, infería él que en mí, todavía en potencia, existían condiciones literarias. (...) Sus palabras estimularon mi vanidad y en la noche me senté junto al comedor, mientras la gente de mi casa reposaba, y escribí. ¿Qué escribí? De seguro algo muy ingenuo, una especie de introspección" (Eutrapelia, honesta recreación. Santiago: Babel, 1955, p. 59-60).

A partir de entonces, afirmó su carrera literaria en la convicción de que la misión del escritor es registrar los pensamientos del pueblo, todo el contenido de su voz, su sentir múltiple.