Subir

otros géneros

"Yo de tanto hablar con autores dramáticos me dio por ahí y me entretenía en hilvanar con las conversaciones de salón que oía entre esas jentes -personas de mucha chispa- comedias lijeras en un acto que se daban al final de los grandes dramas y que hacían sonreír a la concurrencia, porque mis comedias no hacian reír... solo hacian sonreír". Este comentario Guillermo Blest Gana lo hace a propósito de su viaje a España, luego del cual escribe algunas piezas dramáticas. "Todo eso quedó por allá, pues no me daba el trabajo de copiar los manuscritos que pasaban a manos de los actores, quienes verdaderamente no sé cómo los entendian. Muchos años después, en Chile, recuerdo haber asistido a la representación de uno de esos juguetes cómicos i sentí un verdadero placer al recordar esos tiempos i sentirme de nuevo entre aquellas jentes con quienes me parecía estar" (Antonio Orrego Barros. Prólogo a Obras completas de Guillermo Blest Gana, p. IX).

Ya antes, en lo que se conoce como sus primeras composiciones, había incursionado en el drama histórico con La Muerte de Lautaro, que correspondía más bien a una recreación de un capítulo de La Araucana de Alonso de Ercilla.

Uno de sus dramas más reconocidos es La Conjuración de Almagro, representado en el Teatro Municipal de Santiago el 26 de enero de 1858. Gregorio Víctor Amunátegui señala que: "Es preciso confesar que la Conjuracion de Almagro es uno de los mejores ensayos dramáticos que se han hecho en Chile" (op. cit.. XXVI, tomado de Gregorio Víctor Amunátegui. Revista del Pacífico, tomo V, p. 216).

Se sabe que el autor escribió más tarde un nuevo drama de corte histórico titulado Lorenzo García, el cual fue llevado a escena el mismo año de 1858 en el teatro de Concepción. sin embargo, los "orijinales que conservaba su autor para correjirlos antes de darlos a la publicidad, se estraviaron, sin que quedara de esta obra la menor huella" (Antonio Orrego Barros. Prólogo a Obras completas de Guillermo Blest Gana, p. XXVI).

Su producción narrativa más importante, Mi viaje a ninguna parte, fue publicada durante la segunda época de la Revista de Santiago (1855) a modo de folletín.