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tendencia romántica

El Romanticismo floreció en Latinoamérica como un movimiento artístico, fundamentalmente literario, vinculado a la realización de los ideales libertarios e independentistas promovidos por la Revolución Francesa. La exaltación de lo propio como argumento de autonomía se tradujo en una exaltación de los sentimientos en toda su dimensión, desde los afectos y dolores íntimos hasta el fervor patriótico. El pensamiento romántico entrelazó el amor y la ideología patriótica, convirtiéndolos en motivos recurrentes de la literatura y las artes.

En el caso de Guillermo Blest Gana, su poesía asumió la expresión de una interioridad que poco a poco se fue desprendiendo de los motivos patrios que inspiraron a poetas como Alonso de Ercilla o Eusebio Lillo. Su trabajo fue tendiendo hacia una lírica íntima y emotiva, vinculada a las vivencias personales de su vida en la Región del Maule o la experiencia de la muerte de su madre y su hermana Sara.

Como exponente de la estética romántica, el autor se mostró crítico respecto de las nuevas corrientes de la poesía chilena de principios del siglo XX: "Los versos que hacen los poetas de ahora, aquí en Chile y en América en general, se lo digo con toda sinceridad, no me agradan. Ellos dicen que la poesía va progresando, que debe ser filosófica, es decir, a lo que entiendo, que debe nacer más del cerebro que del corazón, como si en la poesía antigua no hubiera filosofía, como si además de la filosofía del cerebro no existiera la del corazón, la que nos enseña la vida [...] los versos deben ser suaves armoniosos y... con un poquito de poesía o sentimiento que es lo mismo" (Antonio Orrego Barros. Prólogo a Obras completas de Guillermo Blest Gana", p. XIX).