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Hacendados

El Manual del hacendado (1875) escrito por José Manuel Balmaceda, padre del malogrado presidente de fines del siglo XIX, es un excelente testimonio sobre la vida rural en la época de los ciclos trigueros y sobre la manera en que se organizaban las haciendas. En el libro se especifican los períodos de cosecha, los tipos de siembra más adecuados de acuerdo al suelo y al clima, el modo de manejar a los ganados, la forma de llevar la contabilidad y en particular cómo administrar la mano de obra. En este sentido, el universo de la hacienda se convierte en una interminable jerarquía de trabajadores, más o menos importantes, con determinadas regalías y talajes y responsabilidades laborales y administrativas asignadas de antemano.

En cierta medida, se asemeja mucho a la Cartilla de Campo redactada en 1808 por un hacendado para la enseñanza de su hijo, pero presenta un carácter más metódico y sistemático, de acuerdo con el espíritu cientificista de la época.