La publicación de la novela Los altísimos de Hugo Correa marcó un hito en la pequeña historia de la ciencia ficción chilena. El crítico Cedomil Goic saludó entonces su aparición, calificándola como "una de las novelas más sorprendentes que se han escrito entre nosotros. A su condición de novela de extremada fantasía, ejemplar rarísimo en una tradición novelística de mediocre realismo, une el raro valor de ser una excelente novela, de sostenida coherencia en una perspectiva difícil de proyectar".

Hugo Correa ha sido uno de los pocos exponentes del género en Chile y, sin duda, el más destacado. Sin embargo, el escaso desarrollo de la literatura de ciencia ficción en el país mermó el reconocimiento nacional a su obra que, por contraste, ha sido aplaudida por los aficionados y destacada por la crítica especializada en el extranjero.

El rasgo más característico de la narrativa de Correa es la adaptación de la imaginería y las convenciones de este género literario a los paisajes, la idiosincrasia y las tradiciones criollas, combinación que dota a su obra de gran originalidad, inquietante mezcla de realidad y fantasía. Por otra parte, el volumen y la consistencia de su producción literaria permiten delinear una trayectoria evolutiva en el oficio del autor para volcar a la escritura su imaginación desbordante, siempre de manera entretenida y cautivadora, pero sin perder verosimilitud.