Aunque no poseía una universidad propia, Concepción había entregado al país un considerable número de destacados profesionales que debieron realizar sus estudios superiores en facultades de otras provincias del país y del extranjero. En el selecto grupo de impulsores de la creación de la Universidad de Concepción se cuentan, entre otros, a los médicos Virginio Gómez, Guillermo Grant y Carlos Henckel; los abogados David Cruz, Desiderio González y Edmundo Larenas; el dentista Serapio Carrasco; y el profesor de Química y Biología, Salvador Gálvez.