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Industria textil artesanal

Los españoles introdujeron la lana de oveja y fibras vegetales de lino y cáñamo a nuestro país. Con estas materias textiles se elaboraban los "géneros de la tierra", denominación que recibían en aquella época la bayeta (género corriente), frazadas, paños, choapinos (alfombras) y cordellates (tejido de lana, cuya trama forma cordoncillo). Estos artículos de menor calidad, estaban destinados a la población indígena y a los españoles más humildes de la Capitanía General. Por su parte, los españoles y criollos más pudientes usaban los denominados "géneros de Castilla", telas finas y ropas importadas desde España.

La producción de los "géneros de la tierra" se efectuaba en los obrajes o galpones, donde se encontraban los telares e hilanderos. Uno de los obrajes más conocidos fueron los que se ubicaban en Bucalemu y Calera de Tango, dirigidos por los jesuitas, como también los del Valle del Choapa, especializados en frazadas y alfombras llamados choapinos. A principios del siglo XIX los obrajes se habían multiplicado, según consta en el Censo de 1813 que señaló la existencia de 1.731 telares y 964 hilanderos, entre Copiapó y Melipilla.