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Neuropsiquiatría

Durante el gobierno de Manuel Montt surgió la necesidad de crear un espacio de confinamiento para los enajenados. Fue así como en 1852 se fundó la Casa de Orates, emplazada originalmente en el barrio Yungay de Santiago y trasladada a la calle Los Olivos, seis años más tarde. Pese a ello, fue solo en 1875 cuando ingresó personal médico al recinto, dando inicio a la asistencia siquiátrica en Chile.

La siquiatría nacional surgió gracias al análisis médico de una posesa, Carmen Marín, "la endemoniada" de Santiago, quien había ingresado en 1857 al Hospicio de Santiago para hacer los votos como Hermana de la Caridad. A los pocos meses de ingresar, comenzó a sufrir ataques debido a una supuesta posesión demoníaca, según las creencias de la época. Fue sometida a múltiples análisis, entre ellos, a uno realizado por el médico Manuel Antonio Carmona. Éste, antecediendo a las teorías de Sigmund Freud y Pierre Janet, vio en estas posesiones una expresión de instintos libidinosos, culpas, amores despechados y/o remordimientos. Contradiciendo a dos médicos que diagnosticaron de forma paralela a la joven, el informe pericial de Carmona, diagnosticó una enfermedad nerviosa causada por las vivencias de Carmen Marín: "la verdadera causa próxima de todos los fenómenos y ataques observados y aceptados por mi (sic) en la joven Carmen Marín, es una alteración primitiva, crónica, sui géneris de los ovarios, y complicada con una lesión consecutiva de todos los centros nerviosos, y más claramente del eje o aparato cerebro-espinal; enfermedad evidentemente natural que tanto los maestros de la medicina, como el Diccionario de las Ciencias Médicas, clasifican como perteneciente al orden de las neuroses (sic), y cuyo nombre propio es el de HISTERICO CONFIRMADO, CONVULSIVO Y EN TERCER GRADO" (Roa, Armando. Demonio y psiquiatría: aparición de la conciencia científica en Chile, p. 314). Con este diagnóstico fue descartada una posesión.

Posterior a este evento, la siquiatría comenzó a desarrollarse en Chile como una rama separada de la medicina. Entre los más importantes continuadores de la siquiatría clínica, se encuentra Ramón Elguero, quien dictaba clases en la Escuela de Medicina sobre enfermedades nerviosas y trabajó como médico en el Manicomio Nacional entre 1860 y 1874. De esa labor surgió el único documento disponible de Elguero, Informe médico de la Casa de Locos. Memoria del Ministerio del Interior presentada al Congreso Nacional, de 1863.

Sin duda, el más destacado médico de la rama fue Augusto Orrego Luco. Desde 1892 hasta su retiro de las aulas inauguró e impartió la cátedra de Enfermedades Nerviosas, la que continuó ejerciendo Joaquín Luco, quien luego la subdividió entre Neurología y Siquiatría. Esta última fue dictada en los años consecutivos por los médicos Oscar Fontecilla, Arturo Vivado e Ignacio Matte, quien se distanció en 1966 del plantel. Tras la partida de Orrego Luco, tanto de la Universidad como de la Casa de Orates, se produjo un estancamiento en los conocimientos médicos y sus aplicaciones. Ejemplo de esta situación es que recién en 1925 se utilizaron teorías que Orrego Luco ya había analizado en 1879.