Subir

Clarence Finlayson

El filósofo chileno Clarence Finlayson (1913-1954) nació en Valparaíso y tempranamente adhirió al pensamiento de figuras como la de Rafael Gandolfo y la del sacerdote Osvaldo Lira, que representaban a la corriente católica y conservadora de la filosofía aristotélica y tomista en Chile.

Contaba con 22 años cuando dictó su primera y comentada conferencia, Aristóteles y la Filosofía Moderna, y a los 23, siendo ya catedrático de la Universidad Católica de Chile, publicó una segunda, intitulada Analítica de la Contemplación. Poco a poco se fue aproximando al pensamiento de dos de los más grandes tomistas franceses de la época: Etiénne Gilson y Jacques Maritain. Sin embargo, sus intereses se fueron orientando también hacia la literatura, lo que se manifestó no sólo en la publicación de diversos ensayos sobre poetas y escritores chilenos, sino, además, en la particular pluma que caracterizaba a sus escritos y que distaba mucho del estilo utilizado en los tradicionales escritos escolásticos y tomistas.

En la década del treinta, participó activamente en la dirección de grupos y sociedades católicas ayudando a hacer frente político y filosófico al liberalismo imperante y a la sociedad moderna. Asimismo, pasó a formar el grupo Estudios, de raigambre católica y crítica a los acontecimientos mundiales y nacionales de la época, y que, a través de la publicación de la revista del mismo nombre, comenzó a divulgar una suerte de pensamiento neoconservador en las áreas concomitantes a las específicas labores de sus miembros. Entre sus camaradas se encontraban Mario Góngora, Jaime Eyzaguirre y Armando Roa.

El pensamiento filosófico de Finlayson giró centralmente en torno a interesantes problemáticas existenciales, ontológicas y religiosas, en las que los temas de la angustia, el sentido de la vida humana, la muerte y el amor cobraron particular importancia. Sin embargo, no dejó de lado la oportunidad de reflexionar en torno a las corrientes filosóficas europeas como la fenomenología y el existencialismo.

En el año 1939 se adjudicó una beca para continuar sus estudios filosóficos en la Universidad de Notre Dame, Estados Unidos. En 1942 comenzaron sus actividades docentes en el Swarthmore Collage. A partir de entonces, su labor docente e investigativa se amplió a universidades de connotada relevancia internacional como la Universidad Nacional de México, la Universidad de Harvard, de Boston y de Carolina del Norte, en los Estados Unidos. El período de mayor fecundidad y profundidad filosófica se extendió entre los años 1943 y 1947, impartiendo cátedra en las Universidades Católica Bolivariana y la Universidad de Antioquia. Entre los años 1949 y 1953, se radicó temporalmente en Venezuela donde continuó sus labores académicas para regresar a Chile en 1954, año de su muerte.

A pesar de la singularidad expresada en el pensamiento de Finlayson y de su prolífica labor divulgativa y docente, su obra ha caído prácticamente en el olvido.