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La Filosofía contemporánea

Los grandes temas y figuras representativas de la filosofía contemporánea se introdujeron en Chile, promediando la década de los años cincuenta, gracias a la convergencia de una multiplicidad de factores entre los que se cuentan: el regreso al país de filósofos chilenos que estudiaron en Europa junto a algunos de los grandes maestros; la llegada de importantes filósofos y traductores de las obras más eximias del pensamiento contemporáneo; y el incentivo que supuso el hecho de emprender nuevas reflexiones filosóficas a partir de los problemas que dejaron al descubierto las terribles conflagraciones que azotaron a Europa en los años cuarenta y cincuenta.

No sólo llegó a Chile el pensamiento de Heidegger, Zubiri y de Ortega y Gasset, sino que, además, comenzó a introducirse con fuerza el pensamiento marxista, clásico y revisionista, y el pensamiento existencialista de Jean Paul Sartre. Preparando el camino a la década de los sesenta, sobre todo en lo que concernía a las reformistas y revolucionarias condiciones políticas que experimentaría América Latina en general, y Chile en particular.

Los trabajos y estudios sobre filosofía contemporánea se iniciaron fundamentalmente en la Facultad de Filosofía y de Humanidades de la Universidad de Chile. Allí, el filósofo chileno Jorge Eduardo Rivera, y los connotados filósofos visitantes Alberto Wagner de Reyna, Ernesto Grassi, entre otros, constituyeron el principal núcleo formador para una generación fértil en aportes al pensamiento contemporáneo como la constituida por Carla Cordua, Roberto Torretti, Ana Escríbar o Jorge Acevedo, por ejemplo. Mención aparte merecen los nombres de Jorge Millas y Luis Oyarzún y Patricio Marchant.

A fines de la década del ochenta y en la década del noventa, con el surgimiento de instituciones universitarias de carácter privado, se comenzó a dar cabida a la emergente influencia del pensamiento débil con el estudio de las obras de Deleuze, Derrida, Lyotard, por una parte, y del estructuralista Foucault, por otra.

En la actualidad, los principales centros de divulgación del pensamiento contemporáneo son el Departamento de Filosofía de la Universidad de Chile, la Universidad Arcis y el Instituto de Filosofía de la Universidad Católica. Mientras el primero ha logrado dar cabida, además, al pensamiento de Levinás y Deleuze, la segunda lo ha hecho en relación al de Derridá, Deleuze y en parte al de Foucault. A ello se ha sumado la particular revalorización del pensamiento iberoamericano. El tercero, en tanto, ha decidido orientarse sobre todo hacia la línea de la ontología y de la filosofía de las ciencias, logrando establecer paralelos estudios en torno al área de teoría de la argumentación rescatando parte del pensamiento de Habermas, Searle y Austin.

Los principales cultores de la filosofía contemporánea en Chile son Carla Cordua, Jorge Acevedo, Jorge Eduardo Rivera, Cristóbal Holzapfel, Sergio Rojas, Marcos García de la Huerta, Pablo Oyarzún, Willy Thayer, Luis Flores, Miguel Vicuña, Patricia Bonzi y Ana Escríbar.