Subir

Alejandro Venegas (1871-1922)

La vida de Alejandro Venegas estuvo marcada por las contingencias de su época; se dedicó al ejercicio docente y, como escritor, sostuvo una posición crítica frente a las condiciones sociales, políticas y económicas del país.

Nacido en Melipilla el 29 de mayo de 1871, Alejandro Venegas ingresó al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile en Santiago, de donde se tituló como profesor de Castellano y Francés en el año 1893.

Una vez titulado, se trasladó a Valdivia, donde realizó clases durante dos años. En 1895, se estableció en Talca, para trabajar en el Liceo de Talca junto a Enrique Molina Garmendia (1871-1964), con quien había entablado amistad en las aulas del Instituto Pedagógico.

Durante este periodo, Venegas colaboró con algunos poemas en la Revista del Sur que publicaba Enrique Sepúlveda Campos. En los inicios del siglo XX publicó además, su "primera obra literaria importante", La procesión de Corpus, "narración de fantasía evangélica, publicada bajo el pseudónimo de Luis del Valle en una colección de folletos de propaganda libertaria que Pedro Godoy daba a luz a principios de este siglo" (Molina, Enrique. Alejandro Venegas: (Dr. Valdés Cange), estudios y recuerdos. Santiago: Nascimento, 1939, p. 30).

El mismo año del Centenario de la Independencia nacional, Venegas publicó Sinceridad: Chile íntimo en 1910, obra que firmó como "Doctor Julio Valdés Cange". En esta, Alejandro Venegas expuso su análisis de la crisis de la sociedad chilena a través de 26 cartas dirigidas al presidente Ramón Barros Luco (1835-1919). En palabras del mismo escritor: "Me he resuelto a estampar la verdad desnuda en este libro, en que bajo la forma de cartas dirigidas al que dentro de poco será el primer magistrado de la República, estudio las causas, el desarrollo y las consecuencias de la ruina económica y moral de nuestro país" (Sinceridad : Chile íntimo en 1910. Santiago: Impr. Universitaria, 1910, p. XIII).

El tono crítico de Sinceridad, sin embargo, le significó ser víctima de una persecución política que lo obligó a abandonar el puesto como vicerrector del Liceo de Talca que ejercía desde 1905 y jubilar prematuramente en 1915.

En 1922, el año de su muerte, apareció el libro Por propias y extrañas tierras, que reunió textos sobre sus viajes a Bolivia, Perú y Panamá, además de La procesión de Corpus, recopilados por Armando Donoso Novoa (1886-1946), quien fue uno de sus alumnos en el Liceo de Talca.