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Estudios previos sobre la geografía de Chile

Existió un conjunto de estudios sobre el territorio del entonces Reino de Chile que sirvió como antecedente para las posteriores expediciones científicas que se llevaron a cabo en el siglo XIX. La mayoría de éstos fueron elaborados por cronistas que recorrieron el territorio con el propósito de conocer su naturaleza.

En el siglo XVIII, se destacaron los trabajos de Hipólito Ruiz y José Pavón quienes, luego de explorar las costas de Chile y Perú, lograron sintetizar sus observaciones en las obras Florae peruvianae et chilensis prodomus (1794), y Flota peruviana et chilense (1789). José de Moraleda i Montero también recorrió la costa austral del Océano Pacífico, detallando sus observaciones en Exploraciones geográficas e hidrográficas.

Durante el mismo siglo, varios naturalistas como Antonio de Pineda, Luis Neé y Thadeo Haenke, recorrieron Chile observando sus elementos hidrográficos, mineralógicos, climáticos, su flora y fauna, especialmente en La Serena, Valparaíso, Quillota, Petorca, Concepción, Chiloé y la Patagonia.

Dentro de los estudios más importantes de este periodo se encuentra el texto Descripción Histórica-Geográfica del Reino de Chile de Vicente de Carvallo y Goyeneche. Este trabajo, que incluye la historia y la descripción de las provincias y de los pueblos indígenas, fue realizado a partir del conocimiento que tenía el autor en su calidad de soldado veterano, además de las investigaciones efectuadas en los archivos del Cabildo de Santiago y Concepción, y en el Archivo de Indias en España. A esta publicación, se agregan los trabajos del abate Juan Ignacio Molina, Compendio della storia geogrefica, naturale et civile del regno de Chile (1776), Saggio sulla storia naturale del Chile (1782) y Memoire di storia naturale (1822). En ellos, el abate chileno indaga en los elementos orgánicos e inorgánicos del paisaje, describiendo exponentes de la fauna, de la flora y sus propiedades.

Este acervo de publicaciones facilitó la labor de investigadores posteriores, en la medida que les permitió contar con un conocimiento precedente mínimo del territorio para realizar sus expediciones.