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Las palabras del fabulador (1968)

Mientras estudiaba en la Universidad de Concepción, donde participaba activamente de la edición de revista Arúspice, Jaime Quezada publicó su segundo libro de poemas, titulado Las palabras del fabulador, obra que se desenvuelve en la misma atmósfera lárica de su libro precedente, Poemas de las cosas olvidadas, publicado en 1965. La nostalgia de la infancia y del mundo familiar son algunos de los temas recurrentes de este libro, que se divide en tres secciones: "Las primeras tablas", "Las palabras del fabulador" y "Retrato hablado". Quezada despliega en este volumen un universo poético donde se recrean cosas simples, con un habla coloquial no exenta de humor.

Las palabras del fabulador señaló el ingreso de Jaime Quezada a las ligas mayores de la poesía nacional, al obtener el Premio Alerce de poesía en 1967.