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Los Trapos

La década de 1970 fue bastante oscura en lo que a desarrollo e impacto público del rock chileno se refiere. La represión dictatorial en toda sus formas - el toque de queda y su prohibición de actividades nocturnas, el estado de sitio y la imposibilidad de realizar reuniones masivas-, y el franco deterioro que vivió la industria discográfica nacional, significaron que en Chile muy pocos conjuntos pudieran perfilarse en el ambiente. Uno de los significativos y más tempranos en relación al golpe de Estado, fueron Los Trapos.

El conjunto se fundó en 1969, con la participación de Sergio Andreu en el bajo, Sergio Frías como vocalista, Enrique Evans en la batería y Eduardo Valenzuela en guitarra. Sus actuaciones, como clásico grupo de adolescentes, eran en festivales de colegios, fiestas, balnearios y discotheques.

Hacia el año 1974 los integrantes eran Francisco Tallini, Sergio Andreu, Eduardo Valenzuela y Javier Gálmez, y su manager era Sergio del Río, personaje señero del rock chileno, que integró los conjuntos Los Jockers, Largo y Tendido, Aguaturbia y Tumulto. Ese mismo año grabaron un disco sencillo para el sello Emi, que contenía los temas "Rock en re mayor" y "Atucka".

La características más importante del conjunto, fue que representaron dentro del ambiente nacional lo más cercano al movimiento mundial que se conocía como glam rock. El glam fue una tendencia gestada en Inglaterra y que desde ahí se propagó al resto del mundo. La propuesta musical asumió un sentido escénico teatral, en que el maquillaje y la representación eran frecuentes y hasta imprescindibles; a su vez, buscó perfilar dentro del ambiente artístico todo el planteamiento de las minorías sexuales. Fue así como las estrellas aparecían maquilladas o haciendo evidente su ambigüedad sexual. Casos emblemáticos al respecto fueron David Bowie y Alice Cooper. Los Trapos, influidos por este fenómeno, aparecían en sus presentaciones con vistoso vestuario y completamente maquillados, asunto que en su momento fue bastante controversial.

Si bien la existencia de Los Trapos fue efímera y su aporte musical irrelevante, fueron un importante ejemplo de lo difícil que fue el desarrollo del rock durante los primeros años de la dictadura, y un caso atípico e innovador en Chile en lo que a propuesta escénica se refiere.