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El anfitrión

En su novela El anfitrión, Jorge Edwards recreó con tintes criollos el mito de Fausto a través de la historia de un exiliado en Berlín. Incitado Faustino Joaquín Piedrabuena Ramírez, su protagonista, por el mefistofélico Apolinario, se traslada a Chile en un extraño aparato, la Máquina. Corren vientos de dictadura, y Faustino desciende a los infiernos en una aventura alucinante.

Jorge Edwards explicó en una entrevista a Juan Andrés Piña las diferencias y similitudes con este mito. "Del mito original toma el pacto de un ser humano con el demonio, donde hay un intercambio de bienes o favores. Pero aquí hay dos diferencias fundamentales. La primera es que la novela no empieza como los relatos tradicionales del mito, es decir no parte con lo que le sucede al personaje después de hacer el pacto, sino que narra las aventuras previas al contrato: las tentaciones del diablo y las dudas de Faustino. En segundo lugar, a este diablo no le interesa el futuro, el alma del protagonista, sino su pasado, lo que ha sido, y que él guardará en unos archivos polvorientos, cambiándolo por otro" (Piña, Juan Andrés. "Fausto criollista, demonio travesti", Apsi. (247): 43-44, 11 de abril, 1988).