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colaboración con la dictadura

El fenómeno del "ibañismo" afectó a todo el espectro político desde su irrupción en 1926 y concitó tanto el apoyo como el rechazo de vastos sectores, especialmente después de la llegada al poder de Carlos Ibáñez, primero como ministro del Interior (febrero de 1927) y luego como Presidente de la República, en julio del mismo año, tras vencer en las elecciones como candidato único. Juan Antonio Ríos, aunque protestó contra la detención de parlamentarios, terminó por apoyar al gobierno de Carlos Ibáñez.

Tras la caída de éste en julio de 1931, Ríos formó parte del grupo calificado como "colaborador de la dictadura". Pese a las intensas presiones, todos quienes formaron parte del Congreso Termal designado por Ibáñez -incluído Ríos- permanecieron en sus cargos y lograron enfrentar los cuestionamientos políticos de los perseguidos por la dictadura.

La debilidad del nuevo gobierno de Juan Esteban Montero se vio agudizada por la crisis económica, la que fue aprovechada por diversos grupos que aspiraban al poder, como militares, ibañistas, alessandristas y socialistas, quienes estuvieron detrás de los sucesivos golpes de estado durante el convulsionado año 1932.

La participación de Juan Antonio Ríos en los pronunciamientos militares fue activa. El 4 de junio de 1932, apoyó el golpe militar que derrocó al presidente Montero y que dio origen a una Junta de Gobierno que proclamó la llamada República Socialista. El 16 de junio, un segundo golpe instaló una nueva Junta de Gobierno presidida por el ibañista Carlos Dávila, con Juan Antonio Ríos como ministro del Interior. El 13 de septiembre, Dávila fue derribado del poder y asumió como Presidente provisional el general Bartolomé Blanche, con Ríos como ministro de Justicia.