Conscientes de la paulatina importancia que adquirían los jóvenes a lo largo del siglo XX, distintas campañas políticas, especialmente presidenciales, orientaron sus esfuerzos en conseguir la adhesión de este grupo etario. Para ello, formularon un abierto llamado a la juventud a elegir la alternativa de gobierno que representaban o, en otros casos, incluyeron dentro de sus proyectos de administración, políticas especialmente orientadas a este segmento. Indistintamente de la fuerza ideológica que representaron, los jóvenes desempeñaron un rol fundamental en las diversas candidaturas y gobiernos del siglo pasado.