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La Música

Es recién entre los años 50 y 60 del siglo pasado, que la música se convirtió en un producto cultural elaborado (en su mayoría) por y para jóvenes. Las causas de lo anterior radicaron en la influencia que en nuestra música tuvieron movimientos como el rock & roll estadounidense o la beatlemanía inglesa, ambos portadores de estilos, vestimentas, y formas de comportamiento que los jóvenes chilenos pretendieron emular, agregando por cierto, elementos propios de la idiosincrasia local. Debido a lo anterior, surgió en la década de los sesenta la llamada Nueva Ola, movimiento que agrupó a intérpretes como Buddy Richard, Pat Henry, Cecilia, y The Ramblers, entre otros. A finales de la misma década, y recogiendo el legado musical de Violeta Parra y Margot Loyola, nació en nuestro país La Nueva Canción Chilena, tendencia artística de clara vocación política y social, que integró dentro de sus registros melódicos ritmos e instrumentos pertenecientes al folclor chileno y latinoamericano, y en la cual destacaron artistas como Víctor Jara, Ángel e Isabel Parra, así como los grupos Quilapayún, Inti Illimani, entre otros.

De forma posterior al golpe de Estado de 1973, y teniendo como referente lo realizado por la Nueva Canción Chilena, surgió el denominado Canto Nuevo, tendencia compuesta por músicos e interpretes opositores al régimen imperante, y que mediante sus composiciones buscaron un espacio de interacción con un público que, dada las restricciones de la administración imperante, se circunscribió la mayoría de las veces al acotado espacio de la clandestinidad. No obstante, durante la misma época, el rock y el pop comenzaron a perfilar la supremacía que ostentarán hasta nuestros días. Grupos como Los Prisioneros, Electrodomésticos, Aparato Raro, Emociones Clandestinas, Upa!, entre otros, encabezarán la tendencia que se proyectó hacia los noventa en bandas como La Ley, Los Tres, Lucybell, y otras.