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Factores de responsabilidad directa del hombre

La contaminación atmosférica de Santiago también es responsabilidad directa del hombre, debido a la expansión explosiva de la ciudad y del sistema de transporte urbano. Durante la década del setenta se introdujeron los principios de liberalización y desregulación del suelo, poniendo al mercado como el factor determinante del desarrollo de las ciudades, lo que quedó establecido en los cambios del Plan Regulador Intercomunal de Santiago. Tal situación derivó en la tendencia de los años ochenta, prolongada en las siguientes décadas, de traspasar los límites urbanos consolidados para extenderse hacia terrenos agrícolas. De hecho, en la última década, la expansión de la ciudad ha prácticamente duplicado el suelo de actividades urbanas, cubriendo más de 40 mil hectáreas con este tipo de vocación. Lo anterior no sólo ha afectado a la disminución de la capa vegetal y la biodiversidad, sino que a su vez, ha permitido que Santiago se transforme en una ciudad segregada socialmente con desplazamientos de enorme magnitud por parte de la población, lo que repercute directamente en materias de contaminación atmosférica. Esto es a lo que se ha denominado como "urbanización explosiva".

El transporte urbano, también ha sido decisivo en la polución de la capital. Las cifras hablan por sí solas: entre 1985 y 1996 el parque automotriz en Santiago se incrementó en un 64%, pasando de 383.187 a 627.452. En la actualidad (2007) dicha cifra supera los 850 mil con una tendencia constante al alza.