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Inversión térmica

La inversión térmica es un fenómeno meteorológico que se asocia a la presencia de altas montañas que rodean la ciudad y a la baja de temperaturas en invierno, lo que permite la formación de una capa o "techo" de aire, estancando la dispersión de los contaminantes e inhibiendo los movimientos verticales del aire.

Este es un problema permanente que se vincula directamente a la temperatura de la superficie. Así, en verano, el fenómeno se ubica aproximadamente a mil metros de altura y en la época de bajas temperaturas sólo alcanza a los 200 o 300 metros sobre el nivel del suelo, lo que termina por comprimir los contaminantes y aumentar su concentración a muy baja altura, afectando directamente la salud de las personas. En la época de mayor frío, los efectos de la inversión térmica pueden observarse a simple vista desde la cumbre de los cerros. Aparece como una línea perfectamente trazada, dividiendo un cielo limpio y transparente sobre ella de una enorme nube gris que cubre toda la ciudad.