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Escuela de Artes Decorativas

Según Virginio Arias, la Escuela de Artes Decorativas inició sus actividades en 1906, sin embargo, Moisés Vargas sostiene que dicha escuela comenzó sus cursos en 1907 con un total de 164 alumnos, 97 hombres y 67 mujeres (Castillo Espinoza, Eduardo. Puño y Letra: movimiento social y comunicación gráfica en Chile. Santiago, Chile: Ocho Libros Editores, 2006, p.40). Los estudiantes se encontraban a cargo de un cuerpo docente compuesto por el escultor chileno Simón González, además de un grupo de profesores catalanes contratados por el gobierno: Antonio Campins, Antonio Coll y Pí, Juan Plá y Baldomero Cabré. Los cursos que se dictaron fueron escultura ornamental, escultura decorativa y escultura aplicada a la arquitectura, fundición artística, estudio de los estilos históricos de ornamentación, dibujo ornamental, pintura decorativa, tallado en madera y modelado en piedra o mármol.

A un año de su creación, en 1908, la Escuela de Artes Decorativas no contaba con un buen funcionamiento, en parte debido a que funcionaba como una entidad autónoma en un local propio y sin un gran presupuesto; en palabras de José Perotti, esta: "Vegetaba al margen del panorama educacional. No se le asignaba importancia de ninguna especie. ¡Era el reinado del arte puro! Su enseñanza de acuerdo al ritmo estético de la época, se limitaba a reproducir invariablemente el insubstancial y frío modelo de los estilos históricos" (Perotti, José. Las artes aplicadas en Chile. Revista de Arte. N°4. Santiago, Diciembre 1934.) . Dicha situación fue notada por las autoridades del gobierno y ese mismo año Artes Decorativas se trasladó junto con la Escuela de Bellas Artes y empezó a depender administrativamente de esta última.