Subir

La promesa de reincorporación de los artistas perfeccionados

En 1929 el ministro Pablo Ramírez decretó el envío de un grupo de treinta artistas a un perfeccionamiento a Europa. En la ocasión, el ministro señaló que el objetivo de esta medida era que a su regreso estos pudieran dedicarse con éxito a la enseñanza en la Academia de Bellas Artes y en la Escuela de Artes Aplicadas. Sin embargo, debido a los movimientos políticos y al elitismo que implicaba la superioridad de la Escuela de Bellas Artes y la práctica del "arte puro", varios de los artistas que se formaron en artes gráficas en Europa no mantuvieron ninguna relación posterior con la Escuela de Artes Aplicadas. Además, varias de las industrias que supuestamente serían beneficiadas con este perfeccionamiento tenían ya hace tiempo un desarrollo propio que superaba lo realizado desde el contexto artístico. Fue el caso de las artes gráficas, que se constituyó como un espacio de aprendizaje informal para gran cantidad de personas que adquirieron técnicas novedosas como la linotipia, el fotograbado, la estereotipia y la serigrafía, técnicas que fueron ignoradas por los artistas locales de fines del siglo XIX.

Dentro de las figuras destacadas que se mantuvieron alejadas de la Escuela de Artes Aplicadas se encuentran Camilo Mori e Isaías Cabezón, quienes sin embargo influenciaron indirectamente la labor de la Escuela debido a su relación como militantes del Partido Comunista con otros miembros que sí formaban parte de Artes Aplicadas.