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alimentación escolar

Tanto para resolver el problema sanitario, como para ampliar la cobertura escolar, profesores y médicos comenzaron a plantear la urgencia de responder a las necesidades materiales de la población escolar en situación de pobreza. Varias obras filantrópicas crearon comedores escolares y en 1908 surgió la primera olla infantil, iniciativa se multiplicaría y daría origen a la Sociedad de Ollas Infantiles. Eloísa Díaz se contó entre las más activas promotoras del desayuno escolar, así como Pedro Bannen lo fue en la creación de escuelas proletarias.

Al esfuerzo de las organizaciones filantrópicas se sumó el aporte estatal a través de un sistema de subvenciones, pero la ley de Instrucción Primaria Obligatoria (1920) no aseguró el aporte esperado y sólo creó juntas comunales de auxilio que financiaban parcialmente la distribución de alimentos (leche, ulpo, aceite de bacalao) y la organización de cantinas y comedores escolares. Con el Frente Popular se amplió la entrega de alimento, ropa y calzado, pero las necesidades estaban lejos de ser satisfechas.

En 1953 se creó una Junta Nacional de Auxilio Escolar, pero la entrega masiva de recursos se inició recién a partir de 1964, cuando el gobierno de Frei Montalva dio prioridad a la expansión de la cobertura escolar. Esta política alcanzó su punto culminante durante el gobierno de Salvador Allende, a través del programa de distribución a los escolares de medio litro de leche al día.