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notables hombres de ciencias y letras

En un comienzo, la dirección de Revista Chilena estuvo en manos de Diego Barros Arana y Miguel Luis Amunátegui. Este proyecto editorial tuvo como principal objetivo fomentar el desarrollo de la actividad intelectual en el país, mediante la difusión de nuevas ideas y la generación de espacios de intercambio para el floreciente movimiento literario de la época. Estos propósitos reflejan el espíritu liberal de sus fundadores, comprometidos con los ideales del progreso social y de la consolidación de una identidad cultural propia.

A mediados de 1876, Barros Arana fue designado ministro de gobierno, razón por la cual debió viajar a Argentina, mientras que a Amunátegui le fue encomendada la legación de Chile en ese mismo país. Revista Chilena quedó entonces bajo la dirección de Benjamín Dávila Larraín, Augusto Orrego Luco y Julio Bañados Espinosa, quienes dieron continuidad al proyecto.

Durante los cinco años de circulación de Revista Chilena, sus principales colaboradores fueron: Gonzalo Bulnes, Domingo Amunátegui, Manuel Antonio Matta, Benjamín Vicuña Mackenna, Ramón Sotomayor Valdés, Guillermo Matta, Rodulfo A. Philipphi, Víctor Torres Arce, Hortensia Bustamante de Baeza, Eulogio Carrasco, José Victorino Lastarria, Eduardo de la Barra, Vicente Pérez Rosales, Daniel Barros Grez, Vicente Grez, Moisés Vargas, Carlos Morla Vicuña, Ramón Allende Padín, Adolfo Valderrama, Ricardo Bustamante, José Antonio Soffia, Francisco Valdés Vergara, Pablo Garriga, Ricardo Palma y Jorge Lagarrigue, entre muchos otros.

Asimismo, la revista a menudo incluyó entre sus páginas contribuciones de figuras señeras del pensamiento y la cultura hispanoamericanos, de la talla de Andrés Bello, Bartolomé Mitre y Marcelino Menéndez y Pelayo.