"Sin moldes de determinada escuela que respetar; sin criterio absolutista respecto de ninguna cuestion, LA REVISTA NUEVA aspira a ser un campo neutral, en que se debatan todas las opiniones, siempre que en la exposicion o discusion de las ideas se guarden las formas que exije una publicacion de este jénero". ("Al público". La Revista Nueva, (1):5, 1900).

Esta declaración de principios con la que La Revista Nueva inicia su historia marca un hito respecto de las publicaciones del siglo XIX, que en su mayoría oficiaron como órganos de una u otra ala política y respondieron a una voluntad abiertamente polémica. En La Revista Nueva, la máxima de la neutralidad favoreció la discusión ideológica al interior de la revista misma, sentando un precedente para el ejercicio crítico y objetivo del periodismo aplicado a asuntos políticos o históricos, literarios y de costumbres.

La revista se convirtió en una palestra para el debate ideológico en torno a temas tan contundentes como el derecho civil, el papel de la mujer al interior de la sociedad, las paupérrimas condiciones sociales que padecía gran parte de la población y la discusión de reformas, entre otros.