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Las cartas como documento histórico

El intercambio epistolar fue una práctica bastante extendida por la población hasta el último decenio del siglo XX. Su enorme popularidad y su extensa duración han transformado a la correspondencia en una valiosa fuente para los historiadores. Además de constituirse como documentos que contienen información acerca de la conciencia íntima de quienes los escriben, las misivas revelan importantes aspectos de la época durante la cual fueron redactadas.

Los estudios en nuestro país sobre compilaciones de cartas son muy diversos. Algunos pertenecen a Presidentes de Chile, entre estos los epistolarios de Manuel Montt y Pedro Aguirre Cerda. De este último, se han publicado algunas misivas que mantuvo con la poetisa Gabriela Mistral, su gran amiga y con quien compartía la vocación pedagógica. Sin embargo, también es posible conocer los intercambios epistolares de hombres y mujeres comunes y corrientes. Por ejemplo se han conservado la correspondencia de la Casa de Orates, y el Archivo Nacional de Santiago conserva varios tomos de la correspondencia de Salvador Trucíos, un mercader de mediados del siglo XVIII que mantuvo intercambio epistolar con diversas personas de su época. También se han realizado compilaciones epistolares de algunos Premios Nacionales de Historia, como Rolando Mellafe.