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Guionistas

Algunas intelectuales y escritoras de la época extendieron sus labores hacia el cine. Por ejemplo, en 1940, María Luisa Bombal escribió un guión para una película realizada en Argentina por Luis Saslarsky y protagonizada por Libertad Lamarque, que se tituló La casa del recuerdo. El célebre director y actor estadounidense, John Huston, quiso adaptar su novela La Última Niebla para llevarla al cine, pero el trabajo nunca llegó a concretarse.

Por su parte, en 1944, Amanda Labarca realizó el libreto para una película de José Bohr titulada Flor del Carmen, filme que se adentraba en la imaginería folklórica de la época.

La actriz María Elena Gertner, que había actuado en La cadena infinita, de José Bohr en 1949, escribió una de las partes del guión de Confesión al amanecer (1954), de Pierre Chenal, basado en tres leyendas tradicionales.