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Periodistas y críticos de cine

Desde los años noventa las publicaciones sobre cine se han sucedido con frecuencia. A los libros aportados por Jacqueline Mouesca en 1988 y 1992 se sumaron en 1994 Cine mudo chileno de Eliana Jara y Películas chilenas de Julio López Navarro. El libro de Jara es un acercamiento parcial al cine mudo, basado fundamentalmente en fuentes secundarias, puesto que de los 81 filmes, largometrajes, argumentales y dos cintas de dibujos animados que están documentados entre 1916 y 1934, solo El Húsar de la muerte está disponible. El libro analiza los inicios del cine con las primeras exhibiciones y los públicos que asistían, revisa las fichas de cada filme y da cuenta de la reglamentación censora que calificaba las películas en esa época. Esto último debido a que en 1925 se creó por decreto del presidente Alessandri un Consejo de Censura que estableció: "Prohíbase la internación y exhibición de películas cinematográficas contrarias a la moral, a las buenas costumbres y a la seguridad y tranquilidad del Estado" ("Decreto-Lei Núm. 558". Artículo 3. Diario Oficial, 1 de octubre, 1925).

Por su parte, el libro de Julio López Navarro es un acabado catastro de 141 largometrajes del cine chileno que incluye para cada película una ficha técnica, una breve reseña o resumen, algunos comentarios, entrevistas a los realizadores o críticas de la época.

En 1999 Ascanio Cavallo, junto a Pablo Douzet y Cecilia Rodríguez, publicaron Huérfanos y perdidos. El cine chileno de la transición 1990-1999. Luego, en el año 2007, junto a Carolina Díaz, Cavallo publica Explotados y benditos: mito y desmitificación del cine chileno de los 60. Este último trabajo revisa críticamente un período validado por muchos, Jacqueline Mouesca entre ellos, como uno de los más importantes de la cinematografía nacional.

En el año 2005 la periodista Mónica Villarroel publica La voz de los cineastas: cine e identidad en el umbral del milenio, en el cual intenta responder a la pregunta por la identidad chilena "construida por los cineastas como mediadores culturales en el período democrático de postdictadura, buscando establecer una relación entre identidad cultural y el cine chileno de la última década del siglo XX" (p. 19).

El crítico de cine Héctor Soto publica en el año 2008 Una vida crítica, un libro que reúne las críticas escritas por el autor en cuarenta años de trayectoria.