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Piedras rodantes (1988)

Piedras rodantes está dedicado "a nosotros, cicerones, rimbaucitos y dantes (pobres cuchos)". La irónica referencia a los poetas como gatos (los "cuchos" que menciona la autora), que intentan sobrevivir en un medio pequeño, mediocre y hostil, abre la puerta a este libro que contiene epígrafes tanto de la teórica feminista Julia Kristeva, como de la cantante popular argentina Celeste Carballo. Mediante este gesto, Urriola equipara la cultura letrada y la cultura popular, característica que cruzará toda su producción poética. Por ello, no resulta extraño encontrarse entre sus páginas con cultas referencias a Brecht, Víctor Hugo o Rodrigo Lira, junto a citas musicales (Mick Jagger, Joe Cocker, Bob Dylan, Jimi Hendrix), cinematográficas (Calamity Jane) o televisivas (El Coyote y el Correcaminos). Abundan también las referencias a la autora en segunda y tercera persona ("la Malú"), las palabras en inglés (home, estar down, baby, tape), propias del lenguaje musical del rock and roll.

Carmen Berenguer señaló en la contratapa del libro: "Piedras rodantes es un poemario escrito por la joven autora Malú Urriola, quien a través de un lenguaje procaz e irónico, desplaza sigilosamente, felinamente, unos gatos símbolos hacia una opereta nocturna de ma-ullidos rodantes que circulan por bares y cafés nocturnos, por los des-centros del centro de la ciudad: su periferia. La temática transcurre en la ciudad: el tejado de zinc de los viejos barrios, evocando lugares de la infancia como lugar posible de permanencia, desplazándose por el callejeo lúdicamente hacia otro lugar: del crecimiento y la angustia del crecer. Allí son posibles estos gatos, 'gatándose' en ese desafío, maúllan, copulan, cantan, blues-rock: esperan un amanecer".