Como refiere el arqueólogo Carlos Aldunate: "El mapuche tiene incorporada a su lengua la visión del espacio que habita. Los pisos ecológicos han sido nombrados desde tiempos prehispánicos utilizando categorías etnogeográficas sumamente precisas que aluden al contenido económico, social y religiosos de cada espacio. El lafken mapu está constituido por las planicies costeras de baja fertilidad que se extienden al oeste de la Cordillera de la Costa. El lelfun mapu o valle central es de gran potencial agrícola aunque posiblemente fue aprovechado con fines hortícolas manejados a nivel de cada unidad familiar. Las faldas de la cordillera o inapire mapu y los cordones andinos o pire mapu fueron y continúan siendo importante fuente de recursos naturales y sus elevaciones menores servían para la comunicación con los territorios trasandinos señalados como waithif o puel mapu. Las actividades fundamentales de la subsistencia mapuche han sido la caza y recolección de alimentos, productos de la abundante flora y fauna de la región. La pesca y recolección marina, practicada por los numerosos habitantes del lafken mapu, así como el pewen cuyos frutos eran el principal alimento de las poblaciones que residían en las faldas cordilleranas o inapire mapu" (Aldunate, Carlos. "El indígena y la frontera". Relaciones Fronterizas en la Araucanía. Editorial Universidad Católica de Chile, 1982, p. 70-71).